Extremadura, estudio 28A. El bloque de izquierdas recupera la mayoría

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Que Extremadura es una plaza fuerte del socialismo lo ponen de manifiesto los 24 años ininterrumpidos de Juan Carlos Rodríguez Ibarra al frente de la Junta o el hecho que, desde su retirada, la derecha solo haya conseguido gobernar esta Comunidad Autónoma durante una única legislatura. No obstante, estaríamos cayendo en un error si confundimos fidelidad con cheque en blanco.

Si se analizan los datos electorales a nivel nacional observamos que, tanto en las elecciones del año 2004 como en las del año 2008, el Partido Socialista fue la fuerza más votada en las dos circunscripciones en las que se divide este territorio, Cáceres y Badajoz. Sin embargo, el reparto de los diez diputados que salen de la Comunidad Autónoma (seis en Badajoz y cuatro en Cáceres) fue equitativo, deparando un empate bipartidista a cinco escaños en ambos comicios. Esta tendencia cambió notablemente en el año 2011, en el que un PSOE lastrado por la crisis cedió su liderazgo a un Partido Popular que se convertía por segunda vez (la anterior fue en el año 2000)  en la principal fuerza en la región gracias a la obtención del 50,46% de los votos, lo que se tradujo en la consecución de cuatro escaños en Badajoz y dos en Cáceres.

Tras la novedad que supuso el “sorpasso” popular, las elecciones celebradas en diciembre de 2015 dejaron para el análisis otro hecho relevante como fue el fin del bipartidismo en Extremadura. En las elecciones de 2015 y las posteriores de 2016 fue Podemos, consiguiendo un diputado en ambos casos, quien puso fin al reinado absoluto de los dos grandes partidos, los cuales desde la desaparición de la UCD no veían amenazado su territorio. Sin embargo y a pesar de la fuerza con la que irrumpieron tanto la formación morada como Ciudadanos, las particularidades de nuestro sistema electoral les pasaron factura.

Como bien sabemos es más complicado romper el binomio de partidos tradicionales en las provincias con menos diputados lo que explica que el buen resultado de Podemos en 2015 y 2016 se obtuviese en Badajoz y no en Cáceres donde las formaciones lideradas por Iglesias y Rivera, a pesar de obtener buenas cifras se quedaron lejos de PP y PSOE. Si a este componente histórico le unimos datos como los aportado por Gad 3 y por el último barómetro del CIS de febrero (31,6% de los electores votaría al PSOE) entendemos que es complicado que Vox pueda irrumpir con la fuerza suficiente como para conseguir representación. Siendo así la proyección y tendencia del voto, el PSOE alcanzará tres escaños en Badajoz mientras que PP, C’s y Podemos se repartirán uno cada uno. Por otro lado, en Cáceres la estimación otorga dos escaños al PSOE y uno a PP y a Ciudadanos.

La fragmentación de la derecha le pasaría factura al PP mientras que el PSOE se vería favorecido por la concentración del voto de la izquierda y no se vería tan penalizado por factores tales como la gestión de ciertas infraestructuras o el enfrentamiento entre Fernández vara y Sánchez con motivo de Cataluña.

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